jueves, 11 de mayo de 2017


PLANETAS


Estreche con todas mis fuerzas a mi pequeña Eli y sentí que, al igual que a ella una pequeña lagrima resbalaba por mi cara, haciéndome sentir culpable por dejarla, pero a la vez unas inmensas ganas por conocer algo diferente me alejaban de ella, empujándome cada vez mas al cohete.
La prometí que Rosa cuidaría de ella, y también la hice prometer que haría lo mismo. Quedaban apenas unas horas para que el cohete despegara, y desde dentro seguía imaginándome la cara preciosa de mi hermana suplicándome que no me fuera. Aún teniendo el inmenso cinturón de seguridad rodeando todo mi cuerpo y haber estado entrenando mucho tiempo seguía teniendo miedo a lo que podía pasar ahí arriba. El cohete despegó. Mi corazón latía a mil por segundo, y sentía que me faltaba el aire. Cada vez mas, hasta que perdí el conocimiento. 
Cuando me desperté no sabia donde estaba. tarde unos minutos en ubicarme, y de fondo oía un leve susurro que cada vez se hacia mas intenso, hasta que me percaté de que mis compañeros me estaban llamando. Tras comer unas galletas con minerales y vitaminas que harían que me sintiera mejor, me asomé a la diminuta ventanilla que había en un lado de la habitación el la que todos dormíamos. Era la tierra lo que poco a poco se iba haciendo mas pequeño, y al mismo tiempo yo me sentía mas grande. Un escalofrió recorrió por todo mi cuerpo. Era la cosa mas bonita que había visto en mi vida, y la aventura no había hecho mas que empezar.

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